lunes, 29 de abril de 2019

Crecer en medio de la pérdida y de los cambios (2)

                                                  Cuando nos enfrentamos a pérdidas importantes que nos cambian la vida, tales como el divorcio, la muerte de un familiar, una enfermedad incurable o una discapacidad, debemos aprender a pasar por ellos, no suprimirlos con vistas a dar el siguiente paso. Si pasas a la siguiente etapa antes de tiempo, vas a cargar contigo asuntos pendientes cuando entables nuevas relaciones o se te presenten nuevas oportunidades. Al hacerlo, invitarás al pasado a que se repita una y otra vez. ¿Cuál es, entonces, el proceso de enfrentar esas pérdidas que nos cambian la vida?. Entender estas dos cosas te ayudará: 1) El dolor es la reacción natural ante la pérdida. Si "entierras" el dolor, algo quedará inconcluso y emergerá disfrazado de depresión, ansiedad, trastornos de estrés   postraumático, etc. Siempre reaparecerá, en busca de que se le dé una solución definitiva, aunque esta tarde años.2) El dolor es la expresión del duelo. La palabra de Dios dice que hay un "tiempo de llorar..." Eso significa que Él ha establecido una estación, con un principio y un fin determinados, durante el cual desea que enfrentes de forma constructiva tus sentimientos de dolor. ¿Cuanto dura esta estación? Varía en cada caso, dependiendo de la magnitud de la pérdida, de las pérdidas adicionales que se generan y de la salud espiritual y emocional de la persona en cuestión. Si sobrellevamos nuestro dolor  según marcan las Escrituras, luego habrá "un tiempo de bailar" . El proceso de Dios siempre acaba trayendo sanidad y una disposición  de volver a meternos de lleno en la vida y en el futuro. O bien completas el proceso del duelo o bien se repite. Y sabrás que este ha concluido cuando puedas recordar la pérdida pero sin sentirte paralizado por ella.      

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