miércoles, 24 de noviembre de 2021

Hacer de las debilidades un arma

              Al hablar de su "aguijón", el apóstol Pablo escribe: "...Se me dió una espina en mi carne...En tres  ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. Cada vez él me dijo: 'Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa en la debilidad'. Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por eso que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte"Pablo sabía cómo hacer de sus debilidades una herramienta que le acercara más a Dios. Y ésa es una enseñanza que tú también tienes que aprender.

            Alguien interpreta así la primera Bienaventuranza: "Eres bienavenrurado cuando estás al límite de tus fuerzas. Cuanto menos haya de tí mismo, más habrá de Dios y de su Reino". No es que vayas a aceptar sin más los defectos de tu carácter y las áreas en las que luchas, diciendo: 'Bueno, así soy yo' No, puesto que tendrás que confrontar toda debilidad, confesarla y dejar que Cristo tome el control. Siempre tendrás luchas en algún ámbito de tu vida. Pablo lo reconoció: "...Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros". Como frágiles, defectuosas y delicadas vasijas de barro, Dios te usará en la medida en que te rindas a Él y le dejes que te utilice para bien.

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