lunes, 15 de noviembre de 2021

Vive de acuerdo a las bienaventuranzas (7)

           En una ocasión dos hombres estaban discutiendo acaloradamente acerca de la religión. Por fin uno gritó: '¡Vale, tú sirves a Dios a tu manera y yo le sirvo a Su manera!' Cuando nuestras opiniones están por encima del amor al prójimo, acabamos alejando a los demás. Muchas veces el objeto de nuestras discusiones es una nimiedad. Jesús dijo: "En esto conocerán todos que soís mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros". No basta con querer la paz, tienes que ser un pacificador. Cuando hubo desaveniencias en el Nuevo Testamento acerca de si comer o no comer ciertos alimentos. Pablo salió al paso:

          "Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino mas bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es impuro en sí mismo; pero para el que piensa que algo es impuro, para él lo es . Pero si por causa de la comida de tu hermano es entistrecido, ya no andas conforme al amor. No hagas que por causa de tu comida se pierda aquel por quien Cristo murió. No déis, pues,lugar a que se hable mal de vuestro bien, porque el reino de Dios no es comidad ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. El que de esta manera sirve a Cristo, agrada a Dios y es aprobado por los hombres. Por lo tanto, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación ...Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba".

No hay comentarios:

Publicar un comentario