viernes, 12 de noviembre de 2021

Vive de acuerdo a las Bienaventuranzas (5)

         Herir a tu enemigo te coloca debajo de él; vengarte, te iguala a él; perdonar te pone por encima de él. La Biblia dice: "No os venguéis vosotros mismos...sino dejad lugar a ...Dios..." La venganza no es dulce, sino que deja un sabor amargo y te pone en tal estado de resentimiento que no puedes disfrutar de las bendiciones de Diosd. No permitas que te suceda eso. En su lugar: 1) Decide perdonar y olvidar. La falta de perdón  te obliga a caminar en el sendero del resentimiento. ¿Por qué te importa tranto hacer ver que estás en lo ciertto y que no tienes culpa mientras que los otrros son los que fallaron? Si tienes razón pero estas amargado, ¿de qué te sirve? Escucha las palabras de Jesús: "....Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial". Alguién decía: "Cuando entierres a un perro rabioso, no dejes la cola fuera". Por lo tanto, perdona, entierra la ofensa y sigue adelante. 2). Trata con las raices de tu ira. A veces el enojo proviene de algún trauma interior que se exterioriza. Los arrebatos de ira a menudo revelan algo más profundo. Así pues, en lugar de confrontar a la persona que te lastimó, descargas en aquellos cercanos a ti. Pídele a Dios que te revele la raiz del problema, y trata con la misma. 3) Recupera el verdadero poder. La misericordia te sana, pero la falta de perdón  te convierte en eterna víctima. Y mientras te obsesionas por algo que pasó y planeas venganza, la otra persona está disfrutando de la vida tranquilamente. Dios ha prometrido hacerte justicia, así que deja el asunto en Sus manos.En realidad, las únicas personas a quienes deberías  aspirar a igualarte e imitar son ésas que te han ayudado. 

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