Es posible que al tratar de aislarnos de los males del mundo, nos aislemos de aquellos a quienes Dios nos ha llamado a alcanzar. Al principio del ministerio de Ezequiel, el profeta escribió: "La mano del Señor era fuerte sobre mí. Y vine a los cautivos....y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos". El verdadero misnisterio comienza cuando "nos sentamos" en el asiento de alguien. Un antiguo presidente de los EE.UU., Jimmy Carter, había sido maestro de escuela dominical en su iglesia. Al recordar este hecho durante una antrevista, dijo: "La mayoría de los creyentes - entre los que me incluyo raramente alcanza a aquellos que son diferentes de nosotros o menos afortunados. A menudo en mi escuela dominical decíamos: '¿Por qué no recogemos una ofrenda y le damos una buena comida de Navidad a una familia pobre?' Pero la siguiente pregunta era '¿Quién conoce una familia pobre?' ¡Nadie! Teníamos que llamar a los servicios sociales para que nos dieran el nombre y la dirección de alguna'.
¿Conoces tú a personas necesitadas? La compasión es ponerte tú mismo en el lugar del otro; es pedirle a Dios que te ayude a entender de verdad por lo que está pasando; es escuchar lo que dice. Es entender que su rabia no es más que una máscara que oculta el temor, y que estas personas claman por ayuda de la única forma que saben. Antes de la negación de Pedro, Jesús le dijo: "...Tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos".Cuando la gracia de Dios toca tu vida, siempre querrás devolver esa gracia a otros. Recuerda: A la gente no le preocupa cuanto sabes , pero sí quiere saber cuánto te preocupas.
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