viernes, 13 de mayo de 2022

La faceta positiva de la competencia

                 Decimos cosas como: 'El mundo laboral es una carrera de ratas'; 'Si eres bueno, acabas el último'; 'Ganar no es todo - ¡es lo único que importa! Todas estas afirmaciones reflejan el sentir de nuestra cultura, la cual promueve estilos de vida donde se trabaja en exceso. Esto a su vez daña gravemente la salud, divide a las familias y elimina la disciplina espiritual necesaria para tener una relación estrecha con Dios. ¿Qué debemos  hacer entonces? ¿Evitar toda clase de competencia?¿Retirarnos de la carrera? ¿Jubilarnos y ver pasar el mundo desde la ventana? No, esas no son alternativas  para un seguidor de Cristo.

                  Por ello: 1) Sé consciente de la clase de competividad que conduce a los celos. En el caso de Caín, la competencia con su hermano le llevó a asesinarlo. Intentó derribar a su hermano para exaltarse a sí mismo. El rey Saúl trató de matar a David cuando oyó que las multitudes cantaban: "Saúl hirió a sus miles y David a sus diez miles". Estas palabras hicieron que los celos, cuál cáncer, crecieran en su interior. 2) Ten presente que cuando tratas de sobresalir en tu llamado, exaltas a Cristo. Escribe Pablo: "  En una  carrera  todos los corredores,compiten , pero sólo uno obtiene el premio Corred, pues, de tal modo que lo obtengáis. Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros en cambio, por uno que dura para siempre". No puede haber esduerzos mediocres, ni debemos conformarnos con resultados mediocres. 'Corro lo más rápido que puedo hasta la meta , doy lo máximo de mi. No vivo a medias, sino que me mantengo alerta y en perfecta forma'. No se trata de ganar a otros, sino de sacar el máximo rendimiento, ¡para la gloria de Dios! "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres". 

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