domingo, 12 de junio de 2022

Trabajar en el Reino (3)

               Las tareas mas duras son a veces las menos valoradas. Un hombre volvió del trabajo un día y encontró su casa en un caos absoluto. Había ropa tirada por el suelo, la pila estaba llena de platos y vasos sucios, los niños llorando, las camas sin hacer, el baño olía mal y el televisor estaba a todo volúmen. Cuando el hombre le preguntó a su mujer la razón del caos, ella dijio: Ya sabes cómo me preguntas todas las noches que qué he hecho en todo  el día; bueno ¡pues hoy no lo hice! Si eres un padre o una madre que se queda en casa, para Dios tu trabajo es sumamente importante. De hecho, tiene mas repercusiones futuras que cualquier otro, pues con él estás determinando el calibre de la generación venidera. Decía Martín Lutero: "Lo que haces en casa tiene tanto valor como si lo hicieras en el cielo para el Señor. 

              Un día Dios dirá "Muy bien", a los padres que se quedaron en casa a cuidar de los hijos -bañarlos, alimentarlos, limpiar lo que manchan - porque Él veía también cuando estaban cansados de hacer siempre lo mismo y pensaban que nadie lo valoraba. Hay alguien que lo ve y lo valora, alguién que lo tiene en cuenta; ¡tu trabajo merece la pena! Tú eres el que das significado al trabajo y no al contrario. Cuando descubres los dones que Dios te ha dado y los anhelos de tu corazón, y sirves para inculcar a los hijos los valores en los que crees, entonces estás "trabajando para Dios", en el sentido más estricto. Por lo tanto, pídele al Señor cada día que te ayude en esa labor. Y procura identificar su verdadero propósito, lo que hace de ésta un auténtico "llamado".

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