miércoles, 22 de junio de 2022

Tres formas de ataque (2)

                  El ataque del pináculo. Consideremos la segunda tentación de Jesús: "El diablo lo llevó a la santa ciudad, (y) lo puso sobre el pináculo del Templo" .Aquí se trata del miedo al fracaso. Satanás te susurrará al oido: 'Ahora estás en el pináculo del éxito, pero podrás caerte fácilmente', y te recoradará tus fracasos anteriores y los otros líderes que se vinieron abajo. Te dirá: 'Si la gente conociera de verdad tus debilidades o las luchas internas que tienes, no te respetarían'. Existen dos clases de temores: uno bueno y otro malo. El primero te mantendrá depemdiendo de Dios y te protegerá del orgullo de la autosuficiencia. "El que piensa estar firme, mire que no caiga".

                    Pero existe también un temor perjudicial, que hará que te quedes en el barco cuando Jesús te llame a que salgas y camines con Él sobre las aguas. Podrás aludir: "Pedro casi se ahoga". Es verdad, ¡pero fue el único discípulo que tuvo la increible experiencia de andar sobre el mar! El hecho de que tengas fe no significa que a veces no te sientas desanimado. Sin embargo tú eliges: ceder ante el temor o confiar en Dios que te llamó y que siempre te ha sustentado y dado la fortaleza necesaria para enfrentar cualquier contrariedad. Si tu seguridad proviener de tus talentos o de tu intelecto, existen buenos motivos para estar temeroso. Pero si proviene de Dios, no deberías temerle a nada. 

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