Escribe el apóstol Pablo: "...olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece....Todos debemos tener este modo de pensar...". A Pablo lo inpulsaba su anhelo de alcanzar el mundo para Cristo. Ese era el criterio que dirigía su vida y la motivación de todos sus esfuerzos, Eso le hizo incansable. Un poeta anónimo escribió: "Cuand0o las cosas se tuerzan como suelen torcerse y el camiuno por el que vas se haga cuesta arriba; cuando los fondos sean escasos y abunden las deudas, y quieras sonreir pero sólo consigas suspirar; cuando la vida te apriete, tómate un descanso si fuera necesario, pero no abandones.
La vida es algo extraño, con esos altibajos que todos experimentamos. Y muchos fracasan porque no aguantan las pruebas. No te rindas; aunque parezca que vas muy despacio, conseguirás lo que quieres con perseverancia. Muchas veces la meta está mas cercana de lo que pensamos cuando estamos decaídos y sin fuerzas. A veces algunos se rinden, cuando de haber proseguido habrían obtenido el premio. Y después se dan cuenta, demasiado tarde, de lo cerca que estuvieron de la corona de gloria. El éxito es la otra cara de la moneda del fracaso, el desvanecimiento de las nubes de la duda. Nunca sabes de antemano lo cerca que estás del objetivo; a lo mejor te parece muy lejos, pero está próximo. Así que aguanta en la brecha cuando arrecie la batalla; en los momentos más difíciles no debes abandonar".
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