Imagina dos escenas. Primera: Cristo en el cielo defendiéndote y actuando como tu abogado delante de Dios. "...Si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo". Segunda: Tú en la tierra, acusando a alguien. La Biblia llama a satanás "...el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche". ¿En qué bando estás? A lo mejor dices: 'Pero me enteré de eso por casualidad'. A lo mejor no oyes bien a Jesús porque no estás sintonizando la frecuencia correcta. Él dijo: "Yo soy la vid y vosotros las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto..." El fruto al que se refiere aquí Jesús es el "buen" fruto. Y añade:"Bienaventurados los pacificadores..."
¿Qué es lo contrario a ser un pacificador? ¡Ser agitador! Los agitadores son personas que por lo general están turbadas, tienen complejos y problemas emocionales y se pasan la vida incitando a los demás. Cuando ven un tapiz, tiran del hilo para deshacerlo. Algunos los hacen deliberadamente; otros sin darse cuenta. Cuando tu vida carece de gozo, te cuesta celebrara la alegría de otros. Para ser un pacificador, debes cortar el conflicto, la crítica y la queja en el momento mismo en el que asomen. Trata de cambiar la conversación con tacto y si fuera necesario, habla con la persona a quien le gusta chismosear. En el mejor de los casos, la ayudarás a cambiar; y si no, al menos se pensará dos veces lo que te va a decir.
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