A medida que la cultura circundante se vuelve más permisiva, la idea de la fidelidad en el matrimonio se ve desafiada. La industria del espectáculo promueve el concepto de que la infidelidad es un juego maravilloso para dos, pero no te cuentan el lado negativo. Cuando las cosas se aplacan se pueden apreciar el dolor y la desilusión . Y no solo para las dos personas implicadas sino también para los seres queridos y para los que dependen de ellos y los tienen como ejemplo. Es hora de hablar claro del pacto matrimonial. Después del apasionante cortejo y del enfriamiento de la pasión , vuelves a cocinar, a limpiar y a ganarte la vida. Es cierto que el césped del jardín del vecino siempre parece ser más verde que el nuestro, pero también hay que cortarlo.
Cuando sales con alguien, solo ves sus mejores cualidades, pero cuando te casas, tienes que vivir son sus defectos, flaquezas y molestias, igual que con el anterior marido o mujer. ¿Y qué pasa? La vida de casado te pone límites. ¿Qué haces entonces cuando comienzas a sentirte atrapado? Vas como mariposa, " de flor en flor", de una persona a otra, en busca de algo indescriptible que nunca pareces encontrar. ¿Cuál es el remedio? En lugar de buscar a la pareja ideal, procura madurar y convertirte en esa pareja ideal. Muchas veces, las características que buscas en un nuevo compañero sentimental se hallan sin descubrir y sin ser apreciadas dentro de tu cónyuge. Esas características son como las semillas que si las riegas, nutres y proteges, crecerán hasta convertirse en algo bello de lo que puedas disfrutar.
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