La próxima vez q un túnel con el automóvil y salgas de él, acuérdate de que la muerte de cada hijo redimido de Dios será así: Darás las buenas noches en la tierra y te darán los buenos días en el cielo . Una doctora explicó que la mayoría de nosotros atravesamos una serie de fases cuando enfrentamos la perspectiva de las muerte. 1). La conmoción . '¡Dios mío!' 2) La negación. '¡Tiene que haber un error!'. 3) El enojo. '¿ Por qué a mí?'. 4) El regateo. 'Sácame de esta, Dios y haré algo para Ti ' 5) La depresión. 'Se acabó' No me queda nada que esperar'. 6) La redención. ¡'¿ Qué puedo hacer para dar valor a mis últimos días?' 7) La aceptación. 'No tiene sentido luchar contra lo inevitable'.
En realidad, desde que nacemos se nos empieza a acortar el tiempo de vida. Pero con las emociones y la agitación de la infancia y la adolescencia y con las prisas y presiones de la edad adulto no lo pensamos mucho: Somos como aquel hipocondríaco que mandó gravar en su lápida: ' Me lo esperaba pero no tan pronto' . Sin embargo, a medida que envejecemos y vemos que nos queda menos tiempo por delante que el tiempo trascurrido, comenzamos a orara como el salmista: " Enséñanos..... a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría". Alguien preguntó a cierto señor si tenía "gracia para morir" y él respondió: 'Ahora no; pero la tendré cuando llegue la muerte'. Así pues la gracia que te ha salvado y sostenido hasta hoy te acompañará en tu transición de una vida pasable a una superior.
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