jueves, 6 de junio de 2013

Habla palabras de sanidad

                                                                           Se describe la gracia como "la sal que sazona nuestras palabras e impiden que se corrompan". La sal tiene dos fines primordiales: preservar y dar sabor. Por eso, cuando se dice que tus palabras deben de" ser  sazonadas con sal", su mensaje es que estas tendrían que preservar y no corromper, no ser nunca de mal gusto y fomentar el bienestar del prójimo. Se dice: " No...puede uno sacar agua dulce de un manantial salado" o sea, no puedes fingir lo que está en tu corazón. No se trata de aprender a decir lo correcto, sino de tener una actitud adecuada, porque tus palabras reflejan; "la abundancia del corazón". Dijo Salomón: " Hay quien habla sin tino como golpes de espada, pero la lengua de los labios sana" . Si no tienes cuidado con tus dichos puedes meterte tú y a los que te rodean en toda clase de problemas.
                                                                             Según un profesor: "Tenemos la capacidad de hablar palabras  que pueden desencadenar milagros... es una ley que opera cuando proclamamos algo, ya sea para nuestro provecho o para nuestra destrucción..." "...La lengua de los sabios sana" lo contrario sería: "La lengua de los necios causa enfermedad". Tú eliges. Puedes hacer que en tu corazón se albergue y por tu boca salga lo que el diablo te indica o puedes vivir en fe y recibir y hablar palabras de Dios, proclamando sus bendiciones. La práctica de la fe consiste en creer lo que Dios dice y confesarlo". Así pues, empieza a hablar palabras de sanidad.  

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