jueves, 27 de junio de 2013

No vivas lamentando el pasado

                                                                    Alguien escribió: "A medida que se agravaba la coyuntura económica, empecé a lamentarme de no haberme comprado una casa más barata.'Ojalá no hubiera comprado una casa tan cara'; 'Ojalá hubiera alquilado algo en vez de comprar'; 'Ojalá me hubiese quedado en la casa donde vivía'. Puedo seguir con todos los 'ojalá' del mundo hasta que me dé una depresión y me quede estancado entre el remordimiento y los deseos de avanzar.
                                                                      Cuando no pongo los ojos en Aquel que todo lo provee...dejo que los pesares se hagan mayores...y según esta forma de pensar, dejo que mis decisiones pasadas - o un acontecimiento, una tragedia, algo en lo que transigí, un error - lleguen a ser más grandes que el Dios que creó el universo...Todos vivimos entre el remordimiento y el temor mucho más de lo que admitimos. Y esos sentimientos nos envuelven en una especie de parálisis: tememos tanto a las decisiones pasadas como a las que tenemos que enfrentar...nuestro caminar consiste en tomar decisiones y mantenernos fieles a ellas, con la seguridad de que aunque nos equivoquemos, Dios es lo suficientemente grande para cambiar las cosas. Cuando los pesares se convierten en tristeza humana y no en la tristeza que proviene de Dios, te encuentras sumergido en la autocompasión, en lugar de poner tu mira en Aquel que hace que "...todas las cosas los (ayuden) a bien... a los que conforme a su propósito son llamados"           

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