miércoles, 14 de agosto de 2013

Una fe firme

                                                                          El escritor escocés Sir Walter Scott tuvo que enfrentarse a un desastre financiero cuando su casa editorial se fue a la bancarrota en 1826. Había invertido mucho dinero en la compañía y parecía que lo iba a perder todo, incluyendo su castillo personal. Cristiano de una fe firme, escribió en su diario: "Las cosas son mucho peores de lo que me temía, por lo que no voy a salvar mi castillo ni nada. Desnudos venimos al mundo y desnudos salimos. Bendito sea el nombre del Señor"
                                                                         Es raro que una vida no pase por una adversidad devastadora. Job no exageraba nuestra experiencia común cuando se lamentó diciendo: "El hombre nacido de mujer, corto de días, y hastiado de sinsabores"
                                                                          Muchos de nosotros hablamos de la pérdida y del sufrimiento y argumentamos por qué a la gente buena le suceden cosas malas. Pero es muy diferente lidiar victoriosamente con las dolorosas experiencias por las que pasamos a nivel personal. Lo que realmente necesitamos en medio de la aflicción no es una explicación admisible, sino la capacidad de soportar sin derrumbarnos emocionalmente ni amargarnos espiritualmente. Necesitamos una confianza sustentadora que nos permita creer en el amor y la sabiduría de Dios.
                                                                         Pide por una fe firme que no se debilite bajo las más grandes presiones.
                                                                          La fe por lo general se forja en las grandes pruebas. 

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