viernes, 13 de junio de 2014

"Debéis...ser lentos para hablar y para enojaros"

                                                        Unas pautas para controlar la ira: Piensa antes de reaccionar. Nuestras reacciones a menudo están provocadas por sentimientos, y no por hechos. Por ejemplo, alguien dice o hace algo y de repente nos enojamos y creemos que la persona en cuestión"nos hizo sentir así". La realidad es que tu mismo te enfadaste  al decirte mentalmente: ¿Quién se cree que es?No tengo por qué aguantar esto. Se va a dar cuenta de quien manda aquí' Ese monólogo interior fue lo que desató tu ira. " Debéis estar listos para escuchar y ser lentos para hablar y enojaros"
                                                        Para detener la espiral negativa de la ira, práctica el decirte a ti mismo: ¡Para! Y no reacciones hasta que la persona haya haya aclarado sus palabras o acciones. Dile: 'No entiendo bien, explícame por favor que quisiste decir con...' Al darte tiempo para escuchar y entender mejor, interrumpes la acumulación de furia y adquieres dominio propio. No "digas todo lo que piensas" cuando estés enojado. Dice un viejo poema irlandés: "Siempre oímos decir a O'Flannagan: 'Le dije cuatro verdades' No es sorprendente que con tantas verdades dichas, le queden pocas'
                                                         Si estás enojado, no tendrás unos interlocutores receptivos; o bien se opondrán a ti o bien se enojarán también. "La respuesta suave aplaca la ira, pero la palabra áspera hace subir el furor" Respira hondo y da una respuesta suave cuando te hayas calmado
                                                          Evita a los iracundos. Al igual que un mal virus te contagiarás, sobre todo si tu también estás luchando en esa área. "No te hagas amigo de la gente irritable, ni te juntes con los que pierden los estribos con facilidad , porque aprenderás a ser como ellos y pondrás en peligro tu alma"         

No hay comentarios:

Publicar un comentario