jueves, 5 de junio de 2014

"...Por el fruto se conoce al árbol"

                                                        Alguien escribió: "Sólo puedo expresar mi agradecimiento a los favores de Dios con mi disposición a ayudar a sus hijos, que son mis hermanos. Porque no creo que los cumplidos y los agradecimientos, aunque se repitan semanalmente, puedan hacernos evadir nuestras obligaciones hacia el prójimo, y mucho menos a nuestro Creador. Mi concepto de buenas obras, se puede deducir con esto, es que de ningún modo merezco el cielo por ellas. Entiendo el cielo como un estado de felicidad infinita de duración eterna. Pues bien, no puedo hacer nada para merecer tal recompensa...la fe  tiene su expresión en el mundo y no quiero verla disminuida ni en mí ni en ningún otro ser humano. Sin embargo desearía que esa fe impulsora de mas buenas obras de las que he visto hasta ahora; con "buenas obras" me refiero a actos de bondad, amor misericordia y servicio a los demás; y no ausencias por descanso, lectura de sermones, ceremonias religiosas o largas oraciones llenas de adulaciones y cumplidos... Alabar a Dios es una obligación; escuchar o leer sermonee puede ser algo útil, pero si los hombres se limitan a escuchar y a orar, como muchos hacen, es como si la utilidad del árbol se midiera por el agua que recibe y las hojas que da, aunque nunca produzca fruto".
                                                              Cuando hacemos énfasis en que la salvación es por gracia y no por obras, nunca perdamos de vista que esa fe salvadora siempre produce buenas obras.La fe es la raíz de la salvación. Pero los actos de bondad y generosidad son frutos de la salvación; y "...por el fruto se conoce el árbol".  

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