miércoles, 11 de junio de 2014

Deja de compararte con otros

                                                        Una definición del éxito es "ganar riqueza y fama". Pero¿cuanta riqueza y cuanta fama necesitas para creer que tienes éxito? ¿Deberías de marcarte una meta arbitraria? ¿Deberías compararte con otros? ¿Qué pasa si has decidido dedicarte a criar unos buenos hijos o a servir a tu iglesia y a tu comunidad? ¿Significa que no te ha ido tan bien?. El éxito es hacer lo mejor que puedes con lo que tienes, en cualquier etapa de la ida en que te encuentres.
                                                           Si entras en la dinámica de las comparaciones, te sentirás como esas dos vacas que vieron pasar a un camión cisterna de leche con un rótulo que decía "Leche pasteurizada homogeneizada y enriquecida con vitamina A" . Una vaca le dice a la otra: 'Una se siente inútil al lado de esas "supervacas"'
                                                            Dios te ayudará a ser el mejor, pero nunca te ayudará a que no seas tú mismo. Cuando te centras en lo que no eres y te comparas con alguien, pierdes la perspectiva de la persona  que necesitas llegar a ser. ¿Has oído hablar de la regla 18/40/60? Cuando tienes dieciocho años, te preocupas mucho por lo que la gente piensa de ti. A los cuarenta, te das cuenta de que no te importa lo que piensen de ti. A los sesenta, entiendes por fin que la mayoría de la gente no pensaba en ti para nada. La vida de Pablo cambió drásticamente con una pregunta: ¿...Señor, ¿que quieres que yo haga?..." Solamente cuando te hagas esa pregunta podrás descubrir quién eres y a lo que Dios te ha llamado.  

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