jueves, 9 de julio de 2015

"Deja tus preocupaciones al Señor..."

                                                     Entrégale tu matrimonio a Dios. ¡La última palabra la debe tener la Palabra de Dios! Buscar ayuda profesional es positivo, pero hasta que no hayas entregado el título de propiedad de tu matrimonio en Sus manos, no habrás usado tu mejor alternativa. ¿Qué significa en la práctica entregar mi matrimonio a Dios? Dos cosas: 1) Dejar de llevar la voz cantante, puesto que eso le corresponde a Él. Debes quitarte de en medio para que Él pueda hacer Su obra sin estorbos. Tu interés personal y tu necesidad de control deben rendirse a Su voluntad. Mientras insistas en "tener razón" y "enderezar" a tu cónyuge, seguirás siendo parte del problema. Por otro lado cuando le entregas el problema al Señor,Él se encargará de solucionarlo (y no tú).
                                                        2) Aprendes a caminar "por fe...no por vista".  Cuando sientas que las cosas se te van de las manos, querrás adueñarte de nuevo del problema. No lo hagas o volverás a hacer con mas fuerza lo que no funciona. Renueva t6u determinación de dejar que sea Dios quien tenga el control y trabaje en el corazón de ambos. Camina por fe y no por sentimientos. El salmista lo expresó así: "Deja tus preocupaciones al Señor(Él las llevará) y Él te mantendrá firme..."
Cuando le confías a Dios la situación, suceden tres cosas: a) sientes paz; b) es probable que la resistencia de tu cónyuge disminuya porque ya no sigues dándole vueltas a lo mismo; c) Dios se pone manos a la obra: "...El que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará...".

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