lunes, 13 de julio de 2015

Manejar los fracasos

                                                   Todos, hasta los creyentes más veteranos fracasamos alguna vez y la pregunta clave en esos momentos no debería ser  '¿Cómo pude dejar que ocurriera?' sino '¿Cómo puedo rectificarlo?', Lo mas natural es albergar pensamientos de autocondenación pero eso no ayuda a nada; mas bien produce desánimo y añade fracaso al fracaso. Por culpa del pecado del pecado de Adán, Israel fue derrotado en Hai y huyó delante de sus enemigos. Así como hacemos nosotros ante la derrota "...el corazón del pueblo desfalleció y se volvió como agua" Su fe los abandonó y el pueblo se desalentó" Incluso su líder Josúe "se postró "desesperado porque las cosas iban de mal en peor. ¿Te ha sucedido eso alguna vez? Reconoce el círculo vicioso, derrota, desánimo, desesperación y más derrota. ¿Cual fié la respuesta de Dios? "¡Levántate!, que haces ahí postrado? Los israelitas han pecado ¡Levántate! purifica al pueblo..."
                                                        El es un Dios de arrepentimiento y no de estancarse en el remordimiento; un Dios de levantarse y de sumirse en el fracaso. La santidad es un camino, no un lugar- Cuando estás descarriado el plan de Dios es sencillo; vuelve al sendero inmediatamente.Confiesa tu pecado. Por fe acepta la misericordia y el perdón de Dios. Y rechaza la condenación del diablo. "...olvidando ciertamente lo que queda atrás...prosigo a la meta" Como un niño que aprende a andar, cuando caigas no te quedes en el suelo rendido. Permanece ahí el menor tiempo posible, levántate y vuelve a andar, recuerda que el momento que te hace consciente del pecado debería también llevarte a confesarlo y ofrecerte la seguridad del perdón.  

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