miércoles, 1 de julio de 2015

¿Quién se da cuenta de sus propios errores?

                                                  A veces intentar ver tu verdadero ser es como intentar ver la parte interior de los ojos."¿Quién se da cuenta de sus propios errores...? Preguntó el salmista. Por suerte no estás solo, el Espíritu ya está operando en ti. A ti solo te corresponde escuchar y responder. Tu enemigo no es la culpa, sino el pecado. El Espíritu de Dios te traerá a menudo convicción, y cuando eso ocurra la respuesta adecuada no será intentar suprimir el sentimiento de culpa, sino tratar con el problema. Si no lo haces esos problemas se podían acumular como si fuera colesterol en las arterias. En un momento de gran crisis Sansón quiso emplear su fuerza, "pero no sabía que el Señor ya se había apartado de él.." Se había vuelto indiferente y había perdido su sensibilidad a Dios.
                                                    Nuestro cuerpo tiene la gran capacidad de avisarnos de lo que nos aflige, si aprendemos a captar las señales que nos emite. Tener dolor en el pecho puede ser síntoma de un problema de corazón, y hay otros síntomas más sutiles. Se nos enseña a detectar los síntomas de un infarto y se nos dan pautas de primeros auxilios para cuando suceda. Si estás abierto y dispuesto.Dios hará que seas capaz de ver lo que ocurre a tu alma. Si dependiera de ti, buscarías justificarlo o defenderte. Serías como "los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo" O por el contrario, o te podías volver un neur´ptico que lo analiza todo minuciosamente. Alguien nos previno contra el ' depender de la diligencia de nuestro propio escrutinio en lugar de depender de Dios para reconocer y descubrir nuestro pecado ' ¿Qué hacer entonces? Deja que tus pensamientos y acciones  sean guiadas por el Espíritu Santo.

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