lunes, 25 de enero de 2016

Controla tu ira

                                                          La ira descontrolada es como montarte en un coche, acelerar el motor y darte cuenta demasiado tarde de que los frenos no funcionan. La Biblia dice: "Si os enojáis, no pequéis, No dejéis que el Sol se ponga estando aún enojados, ni deis cabida al diablo." ¿ Te das cuenta?. La ira descontrolada abre la puerta a Satanás y a partir de ahí todo va mal. Así que antes de decir algo de lo que te puedas arrepentir, y no puedas retractarte: 1) Sopesa si merece la pena el alivio de descargarte, comparado con las consecuencias nefastas de tu explosión. La Biblia afirma: La respuesta suave aplaca la ira , pero la palabra áspera hacer subir el furor". Al despotricar, te arriesgas a dar un buen discurso, pero del que te vas a arrepentir. La ira tiende a exagerar y te suele llevar a decir cosas  de las que luego no puedes retractarte. Mucho después de que hayas superado el problema las palabras hirientes siguen causando dolor y división. 2)Sopesa si merece la pena implicar a otras personas en el asunto. La ira afecta a los que te rodean, lo quieras o no, porque es humano tomar partido, aunque "no se haya perdido nada  ahí". Implicar a otros es un modo de alimentar tu ego y justificar tu mal comportamiento. ¡No lo hagas!..
                                                         3) Sopesa si tu ira es proporcionada. La ira que se deriva de constatar situaciones de ignorancia o de injusticia, conduce siempre a la acción y al progreso. Pero es fácil dejar que pequeñas cosas como el comentario desconsiderado de alguien o el mal comportamiento de un niño te hagan reaccionar de forma desproporcionada. Para que la ira tenga buenas consecuencias necesita ser comedida y constructiva. Pablo dijo: "...la mente puesta en el Espíritu es vida y paz".  Tienes que aprender a controlarte , porque la respuesta calmada es la que usaría Cristo. Con ella siempre ganas. 

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