jueves, 7 de enero de 2016

Tu profesión forma parte del plan de Dios (2)

                                                            Cuando estás demasiado cualificado para realizar una tarea te aburres.Cuando la tarea es más complicada de lo que eres capaz, te sientes ansioso y frustrado. Pero cuando tus dotes y tu tarea van a la par, entonces estas "en la corriente". No trabajemos solo por dinero, para que nos reconozcan, nos asciendan o nos aplaudan, ni para conseguir la fama, trabajamos por nos gusta estar en esa "corriente" que tanto anhelamos. Cuando está presente en el trabajo, algo ocurre en nuestro interior que nos hace conectar con una realidad superior y nos convierte en colaboradores de Dios. Por eso escribió el salmista: "Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican...". Esa corriente es la que experimentamos cuando colaboramos con Dios y en la que Él también usa para moldearnos.
                                                              Bezalel se sentía en esa corriente cuando tallaba la madera. David al tocar el arpa. Sansón al usar sus fuerzas. Pablo, cuando escribía sus magnificas cartas. Daniel al dirigir el gobierno.Si tienes subordinados uno de los mejores actos espirituales  de servicio es preguntarles si se sienten inspirados en su trabajo y ayudarles a vivir mejor dentro de esa corriente.
Cuando operas en el flujo del servicio a Dios, cuando lo sientes en tareas que mejoran la vida de los demás, estás trabajando "en el Espíritu". En ese estado se encontraba Pablo cuando se describió a sí mismo como: "...(pobre) pero enriqueciendo a muchos, como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo".      

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