miércoles, 6 de enero de 2016

Tu profesión forma parte del plan de Dios

                                                            Según ciertos estudios, los mejores momentos de nuestra vida no los aportan ni el ocio ni el placer. Esos momentos llegan cuando estamos inmersos en una labor importante y compleja en la que usamos nuestras mejores capacidades. Es ahí, cuando estás tan metido de lleno en la actividad, tan concentrado, que el tiempo no cuenta y la tarea no parece  requerir duros esfuerzos. Eres consciente del proceso pero sin sentirte cohibido, eres llevado al límite de tus conocimientos y aptitudes, pero no estás estresado ni preocupado. Te entregas por completo al cometido y este forma parte de ti. A ese estado le llamamos "corriente" porque quienes lo viven a veces usan la metáfora de ser arrastrados por algo exterior a ellos.
                                                             Se han realizado muchos estudios en los últimos treinta años, con cientos de miles de personas para explorar este fenómeno. Si te quedas sentado no lo vas a experimentar. La imagen de la corriente es una analogía de lo que debería ser el "dominio" del que habla la Biblia. En Génesis Dios dice que tenemos que "señorear" sobre la tierra o "ejercer dominio"
Solemos pensar que esos términos significan "controlar" o "mandonear". Pero el verdadero concepto es que tienes que invertir tus capacidades para crear cosas de valor en la tierra, debes plantar, edificar, escribir, organiza, sanar e inventar formas en las que bendecir a los humanos  y hacer que florezca el Reino de Dios en la Tierra.

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