jueves, 1 de junio de 2017

Dominio propio

                                                 Si tienes fe, en el momento en que oras para recibir salvación la recibes. Pero no sucede así con el dominio propio. Claro que debes orar por él, pero escribe Pedro: " Poned toda la diligencia en añadir a vuestra fe ...dominio propio...". Solo se manifiesta si pones toda diligencia en ejercitarlo a diario. Consideremos tres áreas que te van a poner a prueba: 1) Tu temperamento. El hecho de que tengas el pelo oscuro y sangre mediterránea o latina no te excusa de enojarte con facilidad y explotar a la mínima. La Biblia dice: "Más vale ser paciente que valiente; mas vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades". Cuando pierdes los estribos, pierdes también el respeto y la credibilidad de los demás. 2) Tu tiempo. El tiempo es la esencia de la vida; y si lo malgastas es una vida malgastada. Se necesita tiempo para entablar relaciones, aprender una profesión, ejecutar acciones importantes, cumplir metas y llevar a cabo planes. Una vida que no está bien dirigida suele ser consecuencia de una mala gestión de tiempo.3) Tu lengua. La Biblia dice: "Sea vuestra palabra siempre con gracia ". Cada día te brinda nuevas oportunidades de controlar tu lengua; si fueras sabio las aprovecharías. Y si es necesario hablar deja que este principio bíblico gobierne lo que dices: "Que (vuestras) conversaciones sean cordiales y agradables, a fin de que  (tengáis) la respuesta adecuada para cada persona". Benjamin Franklin lo expresó así: "Para vivir en paz haz lo que debes hacer y no lo que te venga en gana". La palabra para ti hoy es "pon toda diligencia" en controlar tu temperamento, tu tiempo, y tu lengua.     

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