miércoles, 7 de junio de 2017

No juzguéis, para que no seáis juzgados

                                                 Padres, podéis quebrar el espíritu de vuestro hijo si siempre hacéis hincapié en lo que hace mal en lugar de lo que hace bien. ¿Por qué elegimos ser críticos en lugar de ser animadores? Porque es más fácil señalar las faltas de los demás que tratar con las nuestras. Al centrarnos en sus defectos nos sentimos superiores. Pero Jesús no nos pasa por alto esta actitud: ¿...Como dirás a tu hermano: 'Déjame sacar la paja de tu ojo, cuando tienes la viga en el tuyo? ¡Hipócrita...!" .
                                                   Piensa en la persona, grupo u organización que más criticas y con quien lo haces. ¿Estás tratando de elevar tu posición ante sus ojos? ¿Tienes heridas que no han sido sanadas y asuntos no resueltos y la forma de tratarlos es descargando la ira con cualquiera que se te cruza en el camino? Jesús dijo: "...De la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas, y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres,de ella darán cuenta en el día del juicio, pues por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado". ¿Cual es la solución? Ora: "¡Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Señor, roca mía y redentor mio!".  

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