miércoles, 18 de octubre de 2017

Maridos y mujeres (1)

                                                  En Génesis, antes que Dios creara a Eva, le advirtió a Adán que no comiera  del fruto prohibido. Era su responsabilidad comunicarle eso a su esposa, pero es evidente que no lo hizo muy bien. Y por consiguiente perdieron su trabajo y también su hogar. Fíjate bien en que el diablo primero se acercó a Eva para inculcarle la idea de desobedecer a Dios. "Al ver la mujer que el árbol era bueno para comer  ... dio también a su marido, el cual comió al igual que ella". ¿Donde estaba Adán cuando Eva fue engañada? Con ella. De aquí sacamos una enseñanza  importante: cuando un hombre no escucha a Dios y no Lo obedece no puede ser el líder que su esposa y su familia necesitan. Con su actitud abre, literalmente, la puerta a satanás y permite que entre en el hogar y cause estragos.
                                                  Cuando el diablo estaba embaucando a Eva ofreciéndole una fantasía Adán se quedó callado en lugar de levantarse y decir "Eso no está bien, si no seguimos el camino que Dios nos ha marcado lo perderemos todo".
                                                    La cuestión en el matrimonio no es quien es el jefe; es honrar la estructura que Dios creó para que toda la familia pueda caminar bajo Su bendición. La Biblia dice que satanás viene para "robar matar y destruir". Pero cuando un esposo está sometido de verdad a Cristo puede proteger a su familia. Si eres marido, tienes que ponerte a la altura de las circunstancias. Y si eres esposa tienes que animar a tu cónyuge a caminar con Dios y hacerle saber que es un honor y un privilegio seguirlo.      

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