martes, 31 de octubre de 2017

¿Te ha herido alguien? Perdónalo

                                                     En la vida te harás amigos, y también enemigos. No se puede evitar, es parte del diario vivir. La cuestión no está en si te vas a hacer enemigos, sino cómo los vas a tratar. Nuestros amigos sacan lo mejor de nosotros ¡y nuestros enemigos lo peor! Pero si eres seguidor de Cristo, hay tres cosas que no puedes hacer: ofenderte, vengarte o alegrarte cuando parezca que tu enemigo recibe su merecido. La Biblia dice: "No te alegres cuando tus enemigos caigan; no te pongas contento cuando tropiecen. Pues el Señor se molestará contigo y quitará su enojo de ellos. No te inquietes por causa de los que hacen el mal, ni envidies a los perversos. Pues la gente mala no tiene futuro; la luz de los perversos se apagará".
                                                       No dejes que la amargura y el resentimiento te carcoman. Es mejor tomar tu medicina ahora que agonizar después. No le desees mal a tu enemigo ... deja la venganza al Señor.La venganza le corresponde a Dios, no a nosotros. Tu sabes el daño que alguien te hizo, pero sólo Dios sabe los motivos por los que lo hizo. Pablo lo expresó claramente con las siguientes palabras: "No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos,sino dejad la ira a Dios, porque escrito está: "Mia es la venganza, yo pagaré dice el Señor". ¿Te ha herido alguien?  Perdónalo.      

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