sábado, 17 de agosto de 2019

El Señor le dijo a Abraham (2)

                                                Abraham sabía escuchar la voz de Dios. "...Vete de  tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré". Abraham no pudo ir a las Escritura para que éstas le sirvieran de guía, n i había profetas alrededor que dijeran "Así dice el Señor" Por lo tanto, era vital no equivocarse. Se le había pedido que dejara su trabajo, su casa y su seguridad. Tenía que estar seguro de que la voz que estaba oyendo era de verdad la voz de Dios. Podemos deducir por ello que Abraham había cultivado una relación con el Señor, y para cultivar relaciones hay que dedicar tiempo, esfuerzo, sensibilidad y compromiso. Tal vez otros te aconsejen y confirmen lo que Dios te está mostrando, pero en última instancia tu tienes que oír a Dios por tí mismo.
                                                    Un escritor relata cómo él y su esposa habían orado exhaustivamente acerca de la compra de una casa, y le dieron a Dios muchas oportunidades de cerrar las puertas si ésta no era para ellos. Cinco años más tarde, cuando la casa fue valorada mucho más baja de lo que habían pagado por ella, le preguntaron al Señor: '¿Por qué no nos paraste?' En ese momento el Espíritu Santo les susurró:
¿No habéis considerado la posibilidad de que yo os quería en ese vecindario àra ministrar allí, en lugar de para aumentar la plusvalía de la vivienda?n Dios no le dijo a Abraham: 'Quédate aquí y te enriqueceré', sino que le dijo 'Sal de aquí. Y Abraham también llegó a ser rico. ¿Debe nuestra obediencia obligar a Dios a bendecirnos de la manera que creemos debe hacerlo, o puede llamarnos al sacrificio? ¡Poensa en la cruz antes de responder!.  

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