miércoles, 14 de agosto de 2019

Exaltad al Señor...

                                                  Nunca pierdas tu capacidad de asombro, o perderás la motivación de adorar. A menos que creas que Dios es Todopoderoso, Omnipresente y Accesible, vivirás en un estado de ansiedad pensando que todo depende de tí . Te retraerás de compartir tu fe por miedo a ser ridiculizado o a no encontrar las palabras adecuadas. No serás generoso porque tu fuente de seguridad eres tú mismo, Evitarás confrontar a los que necesitan una exhortación porque sin la certeza de la aceptación de Dios, te haces esclavo de las opiniones de los demás . Vivimos en una sociedad cínica que no potencia la reverencia.
Hemos coartado la capacidad de asombrarnos y maravillarnos, aunque en el fondo, lo sigamos anhelando. Cuando se empequeñece tu concepto de Dios para encajar en tu propio raciocinio, oras sin fe, trabajas sin pasión, sirves sin gozo y sufres sin esperanza. Y las consecuencias son el temor, el retroceso y la pérdida de visión. A pesar de eso, hay algo que sin  duda te devolverá la comprensión de la magnitud y la magnificencia de Dios, la adoración.
                                                  Dios nos creó de tal manera que cuando vemos o experimentamos algo digno de adoración, necesitamos alabarlo, rodearlo con palabras bonitas. No adoramos a Dios pòrque Él lo necesite, sino porque nosotros lo necesitamos. Sin adoración, nuestra percepción de Él es incompleta, nos olvidamos de su grandeza, pasamos por alto nuestro llamamiento y nos volvemos egocéntricos. Perderemos nuestra capacidad de asombro y de agradecimiento si pasamos por la vida como llevando orejeras que limitan nuestro campo de visión, y nos volvemos autosuficientes, testarudos y orgullosos. Para evitarlo hagamos una pausa todos los días para decir con el salmista: "Exaltad al Señor nuestro Dios y postraos ante el estrado de sus pies..."      

No hay comentarios:

Publicar un comentario