martes, 27 de agosto de 2019

¡Mantén la antorcha encendida!

                                                    En los maratones de la antigua Grecia, se entregaba una antorcha a cada corredor al principio de la carrera. Para ganar, tenían que cruzar la línea de meta con la antorcha encendida. ¡Vaya imagen!"....A todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará..." En el reino de Dios, estás llamado a correr tu mejor carrera y cruzar la línea de meta con la llama de tu corazón encendida. La carrera de antorchas era muy dura y pasaba por montañas y valles. Inevitablemente, habrá momentos en tu vida cuando otros corredores te adelanten, cuando te fallen las fuerzas, cuando no sepas bien el camino y tengas que volver al circuito original,  o cuando tropieces y tengas que levantarte. Lo que cuenta en esta carrera no es el estilo, sino la capacidad de permanecer en ella.
                                                   La Biblia dice: "...Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante puestos los ojos en Jesús...para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar" ¿Cómo ganó la carrera Jesús? A la edad de 12 años dijo a sus padres: "...En los negocios de mi Padre me es necesario estar". Años después cuando las multitudes querían llevarlo por un derrotero diferente e imponerle sus planes, les dijo: "Me es necesario hacer las obras del que me envió..." Al enfrentarse a la cruz, anunció:
"...Yo para esto he nacido..." En la cruz proclamó: "...Consumado es..." En Apocalipsis vemos una de las últimas imágenes de Cristo y "...sus ojos como llama de fuego" Jesús cruzó la línea de meta  con la antorcha encendida. ¡ Y Él es tu ejemplo a seguir!

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