jueves, 29 de abril de 2021

Sigue intentándolo

                            En Diario del Discipulado, alguien escribe: "Recuerdo volver a casa una tarde y descubrir que la cocina que antes había limpiado y dejado impecable ahora es un caos total. Mi hija pequeña había estado "cocinando" y los ingredientes, junto con los recipientes y los utensilios de cocina, estaban por todas las superfricies disponibles y por el suelo.Al ver eso me disgusté. Un poquito más tarde, me encontré en medio del desorden una nota encima de la mesa, con huellas de chocolate y una escritura torpe. El mensaje era corto: "Te estoy haciendo un pastel, papá" Y la firmaba "tu ángel". En medio de aquel caos y a pesar de mi irritación, de rerpente una alegría suave y pura inundó mi corazón. Dejé de centrarme en el problema y a pensar en esa niña a la que amaba. Pude reconocer a mi hija en esa nota y me agradé de ella. Sus intenciones habían sido buenas; ahora yo era capaz de disfrutar del trabajo de sus manos en una situación que parecía desastrosa a primera vista.

                            En la parábola de los talentos, Jesús dijo que los dos siervos que invirtieron y multiplicaron lo que el señor les había confiado, recibieron alabanzas del mismo: "..¡Muy bien!Eres un siervo bueno y fiel..." Pero al mismo tiempo, el siervo que escondió su moneda en lugar de arriesgarse y perder, fue objeto de reprensión: "---Siervo malo y negligente..." ¿Qué quieres recibir del Señor, elogios o reprensión? Dios no dice: 'Si no sabes hacerlo bien, no lo hagas.' A Él le agrada cuando te esfuerzas, te equivocas, aprendes de los errores y maduras. Por ello ¡sigue intentándolo! 

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