sábado, 24 de abril de 2021

Vitaminas para la salud espiritual (4)

                                       No olvides nunca la ley de la siembra y la cosecha. Dios ha establecido ciertas leyes inmutables. Una es la ley de la gravedad, otra la ley de la siembra y la cosecha. "Mientras la tierra permanezca no cesarán la sementera y la siega..." Esta ley funciona tanto negativamente como positivamente. Si siembras lo bueno, recogerás buenas cosas; si siembras lo malo, cosecharás malas cosas. Consideremos el área de la educación de los hijos. Elí, el sumo sacerdote había sido llamado para ser ejemplo para la nación de Israel, y también para sus hijos. Ahora bien, aunque fue un dirigente extraordinario, fracasó como padre. Sus hijos, sacerdotes como él, se enriquecieron aceptando sobornos y hasta se acostaron con mujeres en el recinto del templo. Escandaloso, ¿verdad?-

                                          ¿Qué dijo Dios al respecto? "...Yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado contra Dios y él no se lo ha impedido" La consecuencias de este comportamiento en los hijos fueron que éstos murieron a manos de sus enemigo y que cuando la noticia le llegó a Elí, éste cayó muerto. En este caso la ley de la cosecha operó negativamente. Pero gracias a Dios que también sucede al revés. Escribe Pablo al respecto: "Sabiendo que el bien que cada uno haga, ése recibirá del Señor...." Eso quiere decir que todo el bien que tú procures  para los demás. Dios te lo devolverá a ri. Ya sea una sonrisa, una oración, un regalo o un acto de servicio; empieza a sembrar buenas semillas y recogerás una gran cosecha de bendición.        

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