La Biblia dice: "....Es necesario que con mas diligencia atendamos a las cosas que hemos oido, no sea que nos deslicemos.....¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?.Fíjate en las palabras"nos deslicemos" y "descuidamos". ¡Esas palabras deberían hacer saltar la alarma!. La caida de Sansón fue tan gradual que ni se dio cuenta de que estaba ocurriendo. Asi como se usa un interruptor de la luz sin pensarlo. Sansón se acostumbró a acceder al poder de Dios y a vencer a cualquier enemigo u obstáculo. Sin embargo, el pecado y la autocomplacencia fueron su perdición. Cuando Dalila dijo: "¡Sansón, los filisteos sobre tí!", Sansón despertó de su sueño y pensó: Esta vez escaparé como las otras', pero no sabía que el Señor ya se había apartado de él. Enseguida los filisteos le echaron mano".
Cuando descuidas a Dios, empiezas a "deslizarte". Tus oraciones no son tan eficaces; ya no influyes positivamente en los de tu alrededor, vuelves a caer en las viejas y malas costumbres; te niegas a perdonar a quienes te han ofendido; no haces las paces con las personas que te han herido; empiezas a hacer lo que te resulta conveniente y cómodo en lugar de lo que está bien; albergas actitudes de miedo y de rencor; alimentas la vieja naturaleza y descuidas la nueva. Todo eso son síntomas de que necesitas una revisión espiritual. Pídele a Dios que te indique qué actitudes, actividades y relaciones tienes que enmendar y arrancar lo dañino de raiz. Lo bueno es que cuando eres obediente a la palabra de Dios y te dejas guiar por el Espíritu, recobras la vitalidad espiritual y Dios te puede usar con mayor eficacia.
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