miércoles, 19 de julio de 2023

Servir, sencillamente (4)

               Escribe el apóstol Pablo: "¿Acaso busco ahora la aprobación de los hombres o la de Dios?" Si todavia agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo"El auténtico siervo de Dios se contenta con trabajar en el anonimato. Sabe que Dios recompensará públicamente en el cielo a personas de las que nunca hemos oido hablar; tutores de niños con enfermedades mentales, personas que limpian cuando alguien es incontinente, enfermeras de pacientes de SIDA, todos ellos entregaron  sus vidas de mil maneras sin que nadie lo percibiera.

                Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Inglatrera necesitó incrementar su producción de carbón Winston Churchill llamó a los capataces de los trabajadores. Les pidió que se imaginaran el desfile de la victoria que tendría lugar en Picadilly Circus al finalizar  la guerra . Los primeros en desfilar serían los soldados de la marina que hicieron posible los acosos marítimos. Luego los soldsados que volvian de Dunquerque y derrotar a Rommel en Africa. A cointinuación estarían los pilotos que aniquilaron a la fuerza aérea alemana. Por último desfilaria una multitud de mineros con ropas manchadas del sudor  y la suciedad de la mina,llevando sus típicas gorras. Alguien de la multitud gritaria "¿Donde estabais vosotros en los dias cruciales de la guerra?" Y de diez mil gargantas al unísono saldría la respuesta 'Estábamos en el corazón de la tierra con nuestras caras frente al carbón'. 

                No todos los trabajos son prominentes o atractivos. Pero aquellos que sirven a Dios con sus 'caras frente al carbón' desempeñam im papel fundamental a la hora de cumplir Sus propósitos en la tierra.

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