domingo, 2 de julio de 2023

Señor, ¿Dónde estás? (1)

                  ¿Sientes como que Dios no está respondiendo a tus oraciones? El patriarca Job se sintió también así: "A tí clamo, oh Dios, pero no me respondes; me hago presente, pero tú apenas me miras....Cuando esperaba lo bueno, vino lo malo; cuando buscaba la luz, vinieron las sombras". Todos pasamos épocas en las que parece que Dios se haya mudado de casa y no nos ha dejado la nueva dirección. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no responde?. Cuando Dios está en silencio aprendemos algunas cosas: 1) El silencio no es ausencia. Un proverbio dice: "Somos dueños de nuestro silencio, y esclavos de nuestras palabras" A veces Dios te dice: "Estad quietos y conoced que yo soy Dios..." Tienes que sentir mucha confianza con alguien para sentarte a su lado en silencio. El silencio quita importancia de las palabras y crea un grado de intimidad donde ya no son necesarias. Si quieres sentirte como con Dios, aprende a meditar y a estar en silencio delante de Él.2) El silencio prueba tu fe. ¿Cuanta fe se necesita para creer en alguien que te está dirigiendo paso a paso? Es como un padre que corre al lado del hijo que está aprendiendo a montar en bicicleta. Al principio el niño no está seguro, pero sería muy extraño si a la edad de 25 años el padre todavía siguiera corriendo a su lado. Hay momentos en los que Dios quita las manos del manillar para ver como has progresado. Y al principio andamos muy tambaleantes. Pero es ahí donde muestras cuánto has progresado y en quién has puesto tu confianza. 

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