miércoles, 20 de marzo de 2024

Lo que necesitas en el desierto (4)

                          Destaquemos otra bendición de la que Israel disfrutó en el desierto: salud divina. Se podrían  haber esperado un sinnúmero de enfermedades en una población de dos millones de personas deambulando por el desierto, sin médicos ni hospitales. No obstante, desde el más joven  hasta el más viejo, "los sacó....y no hubo en sus tribus enfermo". La razón era que vivían de una dieta  provista por el mismo Dios. Sus problemas comenzaron  cuando se quejaron y desearon la comida que habían tenido cuando eran esclavos en Egipto. Hay una enseñanza muy importante aquí para los que se alimentan de "comida rápida", que es la mayor causa de enfermedades cardíacas, de cáncer de la diabetes. Imagínate echar dos kilos de azúcar al tanque de combustible del coche y luego quejarse de que no va bien. Ahora bien. si tus problemas de salud son hereditarios o si las circunstancias económicas te obligan a comer alimentos menos saludables, Dios lo entiende y puedes acudir a Él con confianza, creyendo que "la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará....". 

                                Pero es mejor ser sabio a la hora de pensar en la salud y cuidarla que simplemente tener fe  parea ser sanado cuando la enfermedad se podía haber evitado. Al entrar los israelitas en la Tierra Prometida, Dios le dijo: ".....Serviréis al Señor vuestro Dios, y Él bendecirá tu pan y tus aguas....Yo apartaré de ti toda enfermedad....y alargaré el número de tus días". Luego les dio leyes alimentarias que los diferenciaban de los habitantes de las naciones colindantes. Pregunta: ¿Cuántos de nosotros estamos haciendo algo por "alargar el número de nuestros días" y cumplir la tarea encomendada por Dios? Muchos fallamos porque no tenemos una buena disciplina en nuestra alimentación ¡Reflexiona!  

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