Aquí tenemos dos errores que cometemos a la hora de orar : 1) Nos centramos en nuestros fallos. Por tanto, oramos sin fe ni confianza. 2) No examinamos nuestros verdaderos motivos. El salmista escribió: "Examíname, Dios, y conoce mi corazón ..... Ve si hay en mí camino de perversidad". Hay oraciones que Dios no responderá por nuestro propio bien, o por lo menos por ahora .
Un Pastor escribió: " Puedes tener buenas razones y aún así equivocarte; si revelas orgullo, te regodeas en tu victoria, castigas a los ofensores con una severidad excesiva, etc..... Resulta curioso que quienes hacen cruzada contra algo se vuelven ciegos a sus propios defectos. Luchan a favor de los derechos civiles pero tratan a los conserjes como ciudadanos de segunda categoría. Defienden prototipos de sexualidad bíblica pero despliegan poca gracia hacia su cónyuge . La oración sin respuesta es un regalo de Dios....que nos protege de nosotros mismos. Si todas nuestras oraciones recibieran respuesta, abusaríamos de poder....usaríamos la oración para cambiar al mundo a nuestro gusto y la tierra sería un infierno. Como niños consentidos con demasiado dinero y juguetes querríamos tener más y más. Oraríamos por victoria a expensas de los demás....Intoxicados por el poder, haríamos daño a otros y nos exaltaríamos. Isaías dijo: "El Señor os espera, para tener piedad de vosotros" Las oraciones no respondidas protegen....quebrantan....profundizan y trasforman. Esas oraciones no contestadas que os dejaron heridos y desilusionados actúan como fuego refinador que nos prepara para las respuestas futuras".. Conclusión: ¡ora con la debida actitud!.
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