martes, 14 de enero de 2014

Mirándonos en el espejo correcto

                                                      Los mejores diseñadores del mundo se preocupan por el look completo de las modelos cuando las mandan a la pasarela. Deben llevar los accesorios perfectos y el peinado y maquillaje adecuados, etc. Y lo mismo ocurre con Dios. Te creó como una persona al completo, con facciones específicas, rasgos de personalidad únicos y capacidad emocional. Te creó para que fueras un ser humano con vida, ideas y sentimientos y que funcionaras plenamente con tu encanto propio. Asimismo, Él te dotó de algo más que una apariencia física: te dúo talentos y sabiduría espiritual, cualidades internas que quiere que desarrolles y uses para cumplir  sus propósitos.Tu ser interior debería de determinar cómo te ves en el exterior. Cuando tu apariencia externa determina lo que vales, unos kilos de más te dejan hecho polvo, y lo mismo lo hacen las portadas de revistas que pregonan la belleza sin personalidad.¡Te estás mirando en el espejo equivocado!
                                                         Que vuestra belleza sea...la que procede de lo íntimo del corazón... Cuando te valoras por lo que Dios dice en lugar de lo que diga la gente, puedes llevar un conjunto de 10 euros del mercadillo igual que uno de 1000 euros de una boutique y te sentirás bien de ambas maneras, porque reconoces que tu apariencia exterior no dicta quién eres no determina lo que vales a los ojos de Dios.La belleza interior no se puede comprar, ni te la da una buena percha, ni el maquillaje ni ningún traje nuevo. Es una obra "interna", Así que mírate hoy en el espejo de Dios e intenta ver lo que más valora Él: la belleza interior.      

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