jueves, 30 de enero de 2014

Vuelos bajo la visera....

                                                         Para cualificarse en volar con instrumentos, te acompañará un instructor durante las misiones de entrenamiento. El instructor te pondrá una gorra de visera larga para que lo único que veas sea el panel del control delante de ti, porque cuando haya tormenta eso será lo único que veas. Debes de aprender a trabajar dependiendo sólo de tu panel de control y de la radio, dar muchas vueltas y ser capaz de hacer descender el avión a pocos metros de la pista de aterrizaje. Y tienes que hacerlo todo sin ni siquiera  saber donde estás, sin que te lo confirmen los sentidos. Esta ceguera simulada, que causaría gran confusión a alguien profano en la materia, se supera pronto con un entrenamiento riguroso. Los vuelos "bajo la visera" se vuelven mera rutina.
                                                           ¿Qué ocurre cuando los cristianos no preparados se sumergen en la oscuridad debido a las pruebas de la vida? Empiezan a preguntarse qué pasa. Todo iba bien y todo lo que podían ver delante de ellos era el buen tiempo, pero ahora han perdido el sentido de la orientación porque no invirtieron el debido tiempo en la Palabra de Dios. No se les ha enseñado a confiar en Dios sin importar lo que vean o lo que sientan y por eso se desaniman; a veces vuelven a caer en lo mismo y a veces incluso culpan a Dios y son presas de la amargura. Pablo escribe a Timoteo diciéndole que estudie y que se esfuerce por presentarse aprobado ante Dios(aprobado en la prueba). "...como un trabajador que no tiene nada de que avergonzarse y que enseña correctamente a poner en práctica el mensaje de la verdad"       

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