martes, 7 de enero de 2014

¿Te sientes inseguro?

                                                            ¿ Te avergüenzas de tus comienzos ? ¿Sabes una cosa? Todos venimos con una carga genética nada perfecta. Todos somos una especie de mezcla.¿Qué hacer entonces con todo ese transfondo? Aprende de los que actuaron mal e imita a los que actuaron bien. Descubre el propósito para el que Dios te puso en la Tierra y cúmplelo. Mantén la antorcha encendida y bien brillante y luego pásala al siguiente corredor. Esfuérzate por terminar bien y¡cuida lo que dices! Tus palabras no solo influyen en los demás, sino también te influyen a ti.
                                                                Por lo general, la gente a la que Dios llama empieza pensando que está mal preparada y sintiéndose insegura. Si saltaras a la primera y dijeras: 'Tranquilo Señor yo me las apaño', Él ni siquiera te llamaría. O quizás digas: 'He cometido demasiados errores'. Todo el mundo cae, sin embargo los ganadores son los que se levantan de nuevo. Sé tú mismo, porque no puedes ser nadie más. No eres quien los demás dicen que eres, sino quien Dios dice que eres.  

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