Salomón nos dice que "...hay tiempo de callar y tiempo de hablar". Claro que no debes de interrumpir el servicio de la iglesia para llamar la atención, pero cuando es hora de adorar a Dios, deberías de entregarte por completo a ello: "...te alabaré señor con todo mi corazón...". Se cuenta de un hombre mayor que había sido un borrachín y descuidado la mayor parte de su vida. con una situación económica muy precaria. Durante un servicio de domingo, dio su vida a Cristo y la transformación fue tan radical que todos en la congregación se dieron. cuenta. Pero tenía un problema, estaba tan emocionado con su nueva vida en Jesús que cantaba mucho más fuerte que los demás. Y cuando el pastor decía algo que tocaba parte de su vida, saltaba del sitio diciendo ¡Aleluya!.
Preocupado por mantener la buena imagen y dignidad de la iglesia
el pastor le dijo: Oye, tienes que quedarte callado. Vamos a ver, si te quedas sentado el próximo domingo sin decir nada, te compro un par de botas, así que dijo que lo intentaría. Pero después de contenerse durante varios momentos del sermón, no pudo aguantar más. Saltó y dijo: 'Con botas o sin botas, voy a alabar al señor' A lo mejor dices: 'yo soy muy reservado'. Perdona no hay excepciones según la personalidad. " Todo lo que respire alabe al Señor..." En otras palabras, a menos de que estés muerto, tienes que alabar al Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario