El octavo mandamiento dice:" No hurtarás" Piensa que extraño les habría parecido este mandamiento a los israelitas.En una sociedad nómada como la suya, el robo y el saqueo eran aceptados, y hasta esperados. Sin embargo Dios dijo, 'Se acabó'. Robar distorsiona vuestro orden de prioridades; hace que los bienes sean más importantes que las personas. Viola los derechos de los demás con el mensaje 'yo soy mas importante que tú' . Asó que a partir de ahora quiero que seáis rigurosamente honrados en todos vuestros asuntos.
Pero también hay otro tipo de robo; uno al que muchos cristianos no le dan mucha importancia. La Biblia dice: ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. ¿En qué te hemos robado?. En vuestras ofrendas para el mantenimiento de la Iglesia y la obra de Dios por todo el mundo.
Cuando robas a Dios, acabas robandote a ti mismo. ¿Robándome el qué? Pensarás. Pues bien, 1) La bendición de Dios en tu vida 2) Su protección cuando las cosas se pongan difíciles; 3) El privilegio de compartir Su bondad con la gente que te rodea. ¿De verdad merece la pena robar? Piénsalo.
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