lunes, 28 de marzo de 2016

Sanar las heridas emocionales

                                                       Dios le pregunta a su pueblo: ¿Por qué te quejas de tus heridas, si tu dolor es incurable?'. Pero luego Él mismo responde: 'Pero yo te restauraré y sanaré tus heridas'. Existe algo aún mas pérfido que la cólera, la frustración y otras cosas negativas que salen de nosotros y arruinan nuestras relaciones;la fuente interior de la que surgen. Las heridas infectadas procedentes de relaciones pasadas son peligrosas. Podrás decir: 'No sabes cuanto me hirió la persona'. La realidad es que todavía te está haciendo daño. Entonces, ¿como puedes limpiar y sanar la herida? Dios llama a las cosas por su nombre y no le pone una venda a una herida infectada, sino que demanda que se resuelva el problema.
                                                        Tenemos que entender que Él está dispuesto a reparar aquello que se ha roto en nuestra vida; lo único que nos pide es que lo saquemos a luz. Solamente Jesús`puede acompañarnos en ese regreso al pasado hasta llegar a nuestra heridas. Uno de los pasos importantes para sanarse, es perdonar de corazón , es decir reconocer el  dolor y el enojo y soltarlo. No va a ser fácil, pero no puede haber liberación o sanidad sin perdón. La amargura te comerá vivo si no perdonas, puesto que hará estragos en las relaciones personales actuales. Dios te dará la gracia para perdonar y soltar, pero primero debes decidir ser limpio de todo resentimiento, perdonando al agresor. No hay otra manera de alcanzar la paz y la liberación.     

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