Si ves indicios de la adolescencia en tu hijo, es hora de hablar con él.Como padre de preadolescente, tu cometido se asemeja al de un entrenador de fútbol que ejercita a su equipo desde principios de verano hasta principios de otoño. Está por llegar el primer partido y el entrenador no estará dentro del campo de juego. Por eso decide juntar a los jugadores en el vestuario y darles la última charla antes de salir a jugar. Una vez más, les recuerda las bases del juego y les da el típico discurso motivacional sobre la victoria . Del mismo modo has estado entrenado a tu hijo preadolescente durante los años de preescolar y primaria en lo que está bien o mal, en qué creer y como comportarse. Ahora está por empezar el gran torneo llamado adolescencia y tu equipo saldrá al campo. A partir de ese momento poco puedes aconsejarle como padre.
Un psicólogo cristiano recomienda que cuando los hijos alcancen los doce años de edad, los padres se los lleven de "viaje preparatorio para la adolescencia" con el fin de recalcarle valores morales y principios familiares. Entre estos se debe abordar la educación sexual y los cambios físicos de la adolescencia, las presiones sociales por venir y otras verdades de las que se debería hablar. Una vez hecho, te quedan dos pasos más que dar: 1) Garantízale a tu hijo que lo amas, que siempre estarás ahí y que eso no cambiará nunca. 2) Pide por él cada día. Que no sea una simple oración; confía en el poder de tus oraciones porque "la oración del justo es poderosa y eficaz".
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