jueves, 25 de mayo de 2017

El secreto de la verdadera felicidad

                                                 Jesús dijo: "Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo". El gozo del que Jesús habla es único: "Mi gozo". Y nos satisface y llena de un modo que la alegría del mundo no puede conseguir: "...Vuestro gozo sea completo". Ser un seguidor fiel de las enseñanzas de Cristo te aporta una felicidad interna que es real y duradera y no está condicionada por la coyuntura económica, los tipos de interés, el déficit presupuestario y ni siquiera por la enfermedad o la muerte. No puedes ser feliz sin tener gozo pero no puedes tener gozo sin sentir felicidad. ¿Cómo es eso posible? Jesús les había dicho a sus discípulos antes del versículo de arriba que tenemos un amor que trasciende todos los demás: El amor de nuestro Padre Celestial, que se ofrece incondicionalmente y que una vez aceptado se experimenta de continuo.
                                                     No hay nada comparable al amor de Dios. Su amor no depende de las apariencias , personalidad, riqueza o moralidad; se ofrece sin ninguna condición, no es voluble ni te abandona . No puedes hacer nada para que Dios te ame más ni nada para que te ame menos. El amor divino no solamente "te emociona" momentáneamente, sino que te ayuda de continuo a tomar decisiones sabias, te protege de los errores y te corrige cuando te equivocas. El amor de Dios te garantiza Su aceptación cuando todos te rechazan, Su perdón cuando te critican y Su misericordia cuando te condenan. Al sumergirte en Su amor , notarás un manantial de alegría que brota de tu corazón. Y puesto que el mundo no te dio esa alegría, tampoco te la puede quitar.     

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