miércoles, 24 de mayo de 2017

Un grado superior de dar

                                                 Dios no quiere que tu generosidad se vea restringida por el temor. O bien le confías tus finanzas y experimentas la alegría de participar en Sus propósitos en la tierra, o confías en tu capacidad de hacer dinero y vives con ansiedad.El peligro de no pasar a un grado superior de dar es que puedes perderte algo maravilloso  que Dios quiere hacer por ti--y contigo--. Puedes estar seguro que en algún momento Dios te instará a que des más de lo que has dado antes. Y en ese momento o tu fe acepta el reto o el temor decide que no es algo factible. Ese es un punto crucial de la vida porque tu respuesta a la invitación de Dios determinará tu porvenir.
                                                    Algunos grados de dar nos cuestan mucho, mientras que otros nos incomodan. Antes o después nos chocamos contra un muro llamado temor, y a menos que lo identifiquemos, nunca seremos capaces de atravesarlo. Por consiguiente, vivirás con menos de lo que Dios quería que disfrutaras. ¿Qué hacer entonces? ¡Cambia el concepto que tienes de propiedad! Alguien expresó: "No hay ningún porcentaje de tu dinero que sea tuyo y el resto de Dios...Todo es Suyo; Él lo hizo todo, y nos lo ha confiado para Su servicio". Si crees lo anterior no tendrás motivo para no dar.Involucrar a Dios en tus finanzas  significa rendirle el control de tu dinero.Y eso puede ser algo que te asuste. Jesús puso como ejemplo de generosidad a una viuda que dio hasta su último céntimo sin quedarse con nada excepto con la promesa de que Dios supliría sus necesidades. Cuando alcanzas ese grado de dar estas a las puertas de un milagro.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario