miércoles, 13 de diciembre de 2017

Admítelo, déjalo y olvidalo

                                                   Pues bien. "olvídalo" no significa que dejes de ser consciente del tema; eso sería como tener amnesia. Quiere decir que te liberes del dolor de aquello que ocurrió y que guardas en tu mente, como cuando se te tendría que sacar veneno porque una serpiente te ha mordido. Deja que el poder de Dios destruya todos aquellos asuntos  perturbadores y desestabilizadores que no te dejan dormir por la noche ni vivir por el día.... Si eres la víctima, perdona a los que te hirieron. Si causaste heridos, (pide perdón y) perdónate a ti mismo, porque el Señor lo hace también. Deja que su poder transformador sane tus sentimientos heridos y corte el "cordón umbilical" que te une al pasado. Entonces podrás hacer lo que hizo Pablo: "...extendiéndome a lo que está delante..." Dios tiene un futuro maravilloso para ti pero no lo puedes alcanzar hasta que no te desconectes del pasado. Haz como Jesús quien, bajando la cabeza dijo:
"...Consumado es...". 
                                                      Es el momento de esa clase de bendición en tu vida. Si has terminado en donde estás y estás listo para ir donde el Señor quiere que vayas, entonces, despídete del pasado; dile adiós por que el control que tenía sobre ti está destruido. Ponte "al lado" de Moisés y de los hijos de Israel cuando observaron como el Faraón y su ejército fueron arrastrados hacia las profundidades del Mar Rojo. Únete al pueblo de Israel en la celebración de su libertad: "Echó en el mar los carros del Faraón y su ejército. Lo mejor de sus capitanes...se hundió. Los abismos los cubrieron; descendieron a las profundidades como piedra" ¡Alégrate! El "viejo Faraón" de tu pasado ha muerto y su influencia sobre ti ha dejado de existir. Así que, ¡levántate y sigue adelante!.         

No hay comentarios:

Publicar un comentario