domingo, 24 de diciembre de 2017

EL NIÑO

                                                 Alguien escribe: Hace algunos años, mi esposa y yo llevamos a nuestros nietos al Festival de Arbolitos, un evento local en el cual los comerciantes y organizaciones decoran árboles de Navidad que compiten unos con otros en varias categorías. La exibición es magnifica.
                                                  Quedamos encantados con el esplendor de los árbolitos a medida que caminábamos de uno a otro, señalando y exclamando. Pero Melissa una de nuestras nietas, perdió el interés al poco rato... hasta que llegó a donde había un pequeño nacimiento.Allí hizo una pausa y se quedó inmóvil. No le importó nada más. Estaba cautivada con el bebé.
                                                  Hicimos todo lo posible por apremiarla porque queríamos ver el resto de los árbolitos . Pero ella se quedó atrás, con deseos de acercarse más a pesar de la cinta que había alrededor del pesebre para mantener a la gente alejada.
                                                   Finalmente aceptó irse aunque a regañadientes, mirando hacía atrás por encima del hombro para vislumbrar el pesebre a través de los árbolitos. Y cuando estábamos saliendo del edificio, pidió una vez que la dejaran "ver al bebé". Regresamos a la exibición y esperamos mientras ella contemplaba al Niño-Dios.
                                                   Mientras Melissa adoraba al bebé, yo me maravillaba de su simpleza. A diferencia de ella, yo muchas veces no veo a Cristo porque me distraen los árbolitos. "Hazme como niño otra vez --pedí a Dios-- al menos por esta noche".      

No hay comentarios:

Publicar un comentario