lunes, 4 de diciembre de 2017

Dominando el pánico

                                                  La palabra "pavor" describe una forma de pánico que no te deja respirar, te sudan las palmas de la manos, te oprime el pecho y te sientes débil. Si alguna vez has experimentado este tipo de espanto y reconoces estos síntomas, no estás solo. Jesús dijo que en los últimos días, los hombres  "...quedarán sin aliento por el temor..."¿ Y cual es la solución ?  La Biblia dice: "No tendrás pavor de un temor repentino...porque el Señor será tu confianza..." Aquí tienes unas herramientas prácticas que te pueden ayudar: (1) Respira hondo: El pánico te hace respirar entrecortadamente, mientras una respiración profunda te ayuda a calmarte y a relajarte. Recuerda. "...Él es quien da a todos vida, aliento y todas las cosas". Por lo tanto cuando empieces a sentirte abrumado, sólo tienes que inspirar el nombre de Jesús. Pruébalo ¡funciona!; (2) No respondas con más pánico: Si lo haces acabarás con un doble problema.
                                                  Franklin D. Rooselvet dijo: "No tenemos nada que temer, excepto el temor mismo". Ahora bien, al principio, permitir que el miedo nos invada sin reaccionar ante él puede parecer difícil, pero esto es lo que nos ayuda a romper el círculo vicioso: (3) Haz algo que te calmará;Esto es la
última cosa que se te ocurrirá hacer , porque el pánico te hace albergar pensamientos que  "alimentan" y aumentan el miedo. De manera, que, tómate un momento para orar en voz baja, recite un versículo de la Biblia, escucha música inspiradora o habla con un amigo/a. Y si el miedo sigue no te avergüences y busca el consejo de un creyente profesional. Después de todo, es Dios quien da a los médicos la capacidad y la habilidad para sanar. Sea como sea, toma medidas ahora y no dejes que el miedo controle tu vida.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario